viernes, 17 de octubre de 2008

Cuando los días son grises

En Olsztyn, como en todos lados, hay días y días. Después de un mes en este país lejano ayer tuve por primera vez un día malo. Todo parecía más difícil, el cielo estaba muy gris y yo no podía estirar el ceño fruncido por el exceso de ejercicio mental. Se me quedó algo en Varsovia… Y volver fue raro, como observar una espléndida burbuja de jabón explotando de pronto. Pero hoy es otro día. El cielo también está gris y sigue lloviendo, pero hoy no tengo sueño y puedo sonreír. Suena música en la calle y he hecho un grupo de “amigas” en Abecadlo. Son un grupo de niñas de entre 10 y 12 años a las que les divierte mucho hablar con nosotras en inglés y enseñarnos algunas palabras de polaco. Así que la vida sigue, después del gran paréntesis (más por intensidad que por tiempo) que fue Konstancin.

El miércoles hicimos nuestro primer taller con los niños. Tocaba hacer un mural con fotos de España de las que poco pude explicar. Pero son niños, es increíble como les basta un poco de papel y pegamento para disfrutar. A veces se me contagia ese estar bien con cualquier bobada, y es un sentimiento apacible.

Empieza a hacer frío (ahora entiendo porque esta gente bebe té hirviendo a todas horas) y hace días que no sale el sol. Pero el camino sigue al ritmo de las campanas y yo continúo sonriendo, entre fotos del papa polaco y conversaciones intuitivas.

2 comentarios:

Alicia González dijo...

Claro que Polonia está en mis planes! Pero ese no es un viaje planeado frustrado, es un viaje al que voy a poder ir sí o sí!

Un besito guapa!

Anónimo dijo...

http://jirafaenllamas-meri.blogspot.com/

:)