domingo, 17 de agosto de 2008

Saliendo, entrando

20 días para salir de Madrid. 36 para entrar en Olsztyn. El próximo ecilpse lunar será cuando ya todo haya pasado. Y hoy, domingo pendido del tiempo, sin reloj ni calor, sin gente ni televisor, el horizonte pinta tan, tan amplio, que contarlo, empezar a contarlo, parece una obligación.

Comienza la carrera, la compra de billetes de vuelta, ida y vuelta, y sólo ida. Último periplo por las Españas antes de establecerme allí donde me esperan. Cada paso de este agosto en Madrid parece el último de una larga marcha. Y es que nunca se sabe adónde vuelven los errantes que no se sienten ni de aqui ni de allá (los mismos que se dejan el alma en cada esquina, cada mirada).

Para el regreso seguro habré encontrado otra excusa que me permita seguir dilatando el horizonte. Hoy, todavía, queda el trago de las despedidas tácitas con las que inauguro esta crónica del viaje hacia el resto de mi vida. Imaginadme hacia deltante.

4 comentarios:

Peter Pánico dijo...

Espero que la polonización sea digna de recuerdos. Compón las anécdotas, sin orden cronológico, sin saber estar, solo estando con la sabiduría de los meses. Los días pasan rápido y si no, que se lo pregunten a este Brasil despedazado. Un abrazo enorme, musa y mucha suerte.

Anónimo dijo...

Polonizadora!, espero que te estés preparando bien para el Gran Viaje. Yo ya tengo pensado el regalo de despedida...ahora sólo me queda encontrarlo.
¿Qué será? Ais!, cómo me gusta esto de dejarte con la intriga.

Marc dijo...

Pues con ánimo, siempre con ánimo y todo saldrá mejor de lo que puedas imaginar.
Aprender polako? Apenas trago de absenta. O varios.
Pero no dudo de que encontrarás el polen, o de que él te encontrará a tí!
bss

Anónimo dijo...

Paulita, me alegro de que todo te vaya bien. Sigue asi por que pienso aprender de ti el polaco.
tk tu primita :)